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Demócratas vs. Republicanos: avances y retrocesos en la participación femenina en la política

Demócratas vs. Republicanos

En el 2019, durante un evento en Singapur sobre liderazgo, el ex presidente Barack Obama aseguró que las mujeres son, “indiscutiblemente” mejores líderes que los hombres, para posteriormente declarar ante la BBC: “estoy absolutamente seguro de que, si durante dos años todas las naciones del mundo fuesen dirigidas por mujeres, veríamos una significativa mejora en casi todos los ámbitos”. Recordamos el gran avance que representó, en el 2009, el nombramiento de un gabinete con ocho mujeres al frente de las Secretarías de Estado, Seguridad Nacional, Interior, Comercio, Trabajo, Salud y Servicios Humanos, la Fiscal General del Estado, además de la Embajadora ante la ONU. Ningún otro presidente había tenido tal cantidad de cupo femenino (es más, a lo largo de la historia de Estados Unidos, se habían contabilizado únicamente 32 mujeres con puestos dentro de un gabinete presidencial y desde 1993 no se registraron mujeres al frente de alguno de los cuatro grandes Departamentos: Estado, Defensa, Tesoro o Justicia).

Su predecesor, el republicano Donald Trump, marcó un claro retroceso en lo que concierne a la participación y presencia de las mujeres en el ámbito político: para su gabinete nombró trece hombres y tres mujeres (Transporte, Educación y la Embajadora ante Naciones Unidas, con rango ministerial). Pero sucede que el retroceso también sería un avance. Recordamos cuando, tan solo 24 horas después de haber asumido, el 21 de enero de 2017, se produjo una multitudinaria Marcha de las Mujeres (Women’s March) como reacción a los comentarios y actitudes machistas del nuevo jefe de Estado. La propia organización de la marcha fue una prueba de fuego para el movimiento feminista que estaba casi inerte: impulsó la construcción de una estrategia discursiva para convencer y atraer nuevas voces de adhesión a la causa. Según datos oficiales de Global Gender Gap Report 2015, 2016 y 2017, sobre el subíndice de empoderamiento político que se vincula a la presencia de presencia de mujeres tanto en el ámbito legislativo como en el ejecutivo, Estados Unidos cayó 24 puntos entre el 2015 y el 2017, pasando de ocupar el puesto 72 en el ranking al puesto número 96.

A lo largo de los primeros años de gestión, se eliminaron y/o anularon una serie de iniciativas aprobadas por Barack Obama para luchar en contra de la desigualdad de género: medidas destinadas a combatir la discriminación laboral, la brecha salarial, el acoso sexual en el trabajo y el abuso sexual en la escuela y la universidad, entre otras. Frente a este retroceso, la fuerte movilización social y política, en particular de las mujeres, se tradujo en mayor presencia de las mujeres en Instituciones. Por ejemplo, a nivel legislativo, las cifras de participación estaban (y se mantienen) muy lejos de la paridad: 104 parlamentarias, 20 senadoras (el 20% del total) y 84 miembros de la Cámara de Representantes (19% del total), cifra que permanecía inalterada desde 2015. Sin embargo, tras la elección de medio término de 2018, se registró un aumento del cupo femenino en la Cámara baja (de 84 a 99 de los 435 escaños), mientras que en el Senado se mantuvo constante la cantidad de bancas ocupadas por mujeres (23).

Una nueva era

Además, con el reciente presidente electo Joe Biden y su promesa de campaña de “construir un Gobierno que se parezca a Estados Unidos y refleje su diversidad”, el país del norte ingresa en una nueva era. Incluso su compañera de fórmula, la ex senadora de California y ex fiscal general del mismo estado, Kamala Harris, hizo historia al convertirse en la primera mujer de raza mixta, de origen negro y asiático, en ocupar el cargo de vicepresidenta. En su primer discurso, la reconocida figura del Partido Demócrata por ser una firme defensora de los derechos de las mujeres, afirmó: “seré la primera en este cargo, pero no la última”.

Por último, en cuanto al gabinete, Biden incluyó a varias mujeres en puestos clave. La primera mujer al frente de la comunidad de inteligencia; una experimentada diplomática afroamericana como embajadora ante la ONU; una destacada economista, que podría convertirse en la primera al frente del Departamento del Tesoro en sus 231 años de historia; y una veterana de la defensa que también sería la primera mujer en liderar el Pentágono. También nombró un equipo de prensa compuesto exclusivamente por mujeres, el cual, según su oficina, es el primero en la historia del país.

A un paso de la Enmienda de Igualdad de Derechos

A la fecha, pasaron 67 años desde que, en 1923, se propuso una enmienda para garantizar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres pero que aún no forma parte de la Constitución. Si bien el Congreso la aprobó 49 años después, todavía necesita el visto bueno de 38 Estados americanos. La Enmienda de Igualdad de Derechos (ERA, por sus siglas en inglés), que protege la igualdad legal entre mujeres y hombres y prohíbe la discriminación por motivos de sexo, dice así: "la igualdad de derechos ante la ley no puede ser negada ni restringida por los Estados Unidos o por ningún estado por motivos de sexo". Sucede que, después de varias décadas, algunos congresos estatales comenzaron a ratificarla (pese a estar fuera de plazo) pero todavía resta el aval de un Estado. ¿Cuál será el Estado que aporte el toque de gracia?